TECNOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE

Innovadores sistemas de reciclaje

Innovadores sistemas de reciclaje

Innovadores sistemas de reciclaje

Tal como los numerosos vertederos de neumáticos usados atestiguan, el reciclaje de estos componentes automovilísticos es una asignatura pendiente.

Solo en Europa, hasta un 70% de los neumáticos acaban en este tipo de depósitos, por lo que encontrar formas de dar salida a los millones de toneladas de residuos exige soluciones imaginativas. Los materiales de construcción más innovadores y sostenibles ya no parecen ser tanto una cosa del futuro.

Reciclaje de neumáticos

La Universidad de Sheffield en el Reino Unido ha desarrollado un proyecto tecnológico que aprovecha las fibras textiles de los neumáticos para dar al hormigón mayor resistencia al fuego.

Una de las características del hormigón es que, cuando este material de construcción se expone a temperaturas elevadas como las que se producen en un incendio, tiende a desconcharse y comprometer la integridad estructural de los edificios.

Por eso, desde hace algunos años se ha empezado a integrar fibras de propileno en el hormigón, pero hasta ahora se recurría a propileno fabricado con esta finalidad, un proceso que requiere mucha energía. Lo que han hecho los investigadores de Sheffield ha sido encontrar la forma de utilizar propileno reciclado proveniente de neumáticos viejos.

Con la tecnología que han desarrollado, logran separar las fibras de la goma en forma de hilos para luego distribuirlas de forma homogénea en la mezcla de hormigón.  De acuerdo con los resultados publicados en la revista Fire Technologylas fibras de neumáticos usados ofrecen el mismo grado de eficiencia a un coste económico y energético mucho más reducido.

¿Por qué se deteriora el hormigón en un incendio?

El hormigón siempre tiene un pequeño porcentaje de humedad que, al exponerse a temperaturas elevadas, se evapora y empuja el material hacia el exterior, lo que provoca fracturas explosivas. Sin embargo, cuando se añaden fibras de propileno, estas se derriten y crean pequeños canales por donde puede circular el vapor del agua.

Gran parte del hormigón empleado en construcción está reforzado con acero inoxidable. El problema en un incendio es que se produce una espiral destructiva: primero el hormigón comienza a desconcharse por la presión del vapor de agua y, a continuación, los refuerzos de acero quedan expuestos y comienzan a debilitarse al entrar en contacto con el fuego. Esto multiplica el debilitamiento estructural y puede conducir al colapso de un edificio.

Asfalto reforzado con neumáticos… y tapones de botellas de plástico

Además de utilizar propileno del reciclaje para reforzar el hormigón en caso de incendio, se están llevado a cabo otras iniciativas encaminadas a reforzar las mezclas asfálticas, aunque añadiendo propileno de otras fuentes además de las fibras procedentes de neumáticos.

Es la iniciativa POLYMIX acometida por el Instituto Tecnológico del Plástico, con sede en España, en colaboración con ACCIONA. En sus primeras pruebas, utilizaron una mezcla de propileno de neumáticos usados, tapones de polipropileno, envases de polietileno y perchas de poliestireno para asfaltar un tramo de dos kilómetros de carretera.

Transcurrido un año y medio desde su aplicación, los promotores de este proyecto tecnológico comprobaron que el material asfáltico resultante aguanta mejor las temperaturas elevadas del verano, así como a la presión del tráfico rodante, gracias a su mayor resistencia a la deformación plástica.

La principal ventaja de POLYMIX es que integra residuos plásticos de diversos orígenes y permite construir carreteras con un menor impacto medioambiental, además de una mayor durabilidad. Este proyecto recibió el premio Life 2015 en la categoría de Medio Ambiente que se concedió en la Green Week celebrada en Bruselas.

Fuente: Science Daily, AIMPLAS, I´MNOVATION #hub,

                                  En Mexico tambien se hace algo en el tema de reciclado de llantas

En 2009, Andrés perdió a su padre a consecuencia de un accidente en motocicleta y su madre fue diagnosticada con cáncer. Su casa se inundó por las lluvias y el seguro de orfandad no cubrió su colegiatura ni su carrera por el número de materias no aprobadas.

El director del campus en ese momento, el Dr. Pedro Grasa Soler, fue quien decidió apostar una última vez por él, pero no para una ingeniería.

Después de cursar cinco semestres de la licenciatura de Administración de Empresas sin percances académicos, Trisol nace en un salón de clases durante la materia de “Emprendimiento” como un proyecto escolar que tenía como objetivo una simple calificación aprobatoria, al menos hasta ese momento.

Fue la ardua investigación que requería el proyecto lo que lo llevó a apasionarse sobre el tema y a no quitar el dedo del renglón hasta verlo convertido en una compañía real.

Durante los siguientes 3 años en los que finalizó la carrera, Andrés utilizó a Trisol como ejemplo y ejercicio en las diferentes materias para darle forma en temas legales, de finanzas, modelo de negocios, importación, exportación y administración.

“La idea de crear una empresa de reciclaje de llantas no me parecía algo tan del otro mundo hasta que empecé a investigar y no encontré nada.”

Al año, en México se desechan poco más de 25 millones de llantas y el desecho actual está conformado por un total de 40 millones más, según información de la Secretaría de Medio Ambiente del Estado de México.

Estamos hablando de que en un minuto se desechan cerca de 50 llantas en el país y se estima que para el año siguiente ese número llegue a 80 millones de neumáticos en condiciones de desecho en México

Desde el año 2000, el parque vehicular de la CDMX ha crecido poco más del doble y esto es un claro factor causante de esta problemática, de acuerdo al Reporte Nacional de Movilidad Urbana en 2016.

En México, sólo se recicla el 5% del total de los neumáticos usados y la mayor parte de ese porcentaje se utiliza para encender hornos cementeros gracias a la gran capacidad calorífica y propiedades de los mismos, pues sirven como combustible alterno.

Entonces, lo que parece ser un uso alternativo de las llantas usadas termina por contaminar aún más, ya que los gases que desprenden al quemarse son altamente tóxicos a la salud y al medio ambiente.

Sólo el 1% es reciclado “correctamente” en pistas de go karts, cuatrimotos y construcción de diques y señalamientos.

Mientras tanto, el 95% de las llantas ‘no recicladas’ termina en vertederos, rellenos sanitarios, ríos, lagos, calles, pueblos lejanos, carreteras y hasta en el mercado negro, uno muy peligroso para la imagen de los fabricantes de neumáticos.

El hule de las llantas, aunado a factores como el sol y el calor, genera un ambiente propicio para incendios forestales y el desarrollo de plagas que producen enfermedades como el zika, chikungunya y dengue.

Para 2013, la empresa arrancó como un negocio pequeño e informal con tres empleados y dos máquinas viejas que, inicialmente, eran usadas para separar y triturar granos de elote.

Así fue como el tiempo libre de Andrés y sus fines de semana se convirtieron en largos viajes por carreteras, paseos largos en la lateral del periférico y visitas a rellenos sanitarios a las afueras de la ciudad. Todo, con tal de encontrar llantas abandonadas a la orilla de la calle y darles refugio.

“Hay un control nulo sobre las personas que se paran en medio de la calle o carretera a cambiar la llanta y que la llanta vieja, ponchada o desinflada, la dejan ahí, en medio de la nada”, comenta el fundador de Trisol.

Trisol ofrece quedarse con estas llantas para evitar así que una llanta defectuosa sea vendida informalmente y ocasione un accidente para los conductores y un impacto negativo a la imagen de la empresa que la fabricó.

Trisol no funciona como una empresa que vende seguros. Su éxito no se basa en el reciclaje de llantas, ni siquiera en la venta de productos terminados, sino en la oferta de ser quien acabe con una problemática para las empresas: la gestión de uno de sus desechos.

En el primer año, Trisol no se acercó a facturar ni siquiera 100 mil pesos, pero empezó a generar contactos. Sus amigos, familiares y conocidos comenzaron a llamarle para donarle llantas ponchadas o darle información de algún depósito donde encontrarlas.

“Reciclamos las llantas para transformarlas en materias primas. Somos esa ‘preocupación menos’ para las empresas. Es un ganar-ganar”, asegura el exalumno del Tecnológico de Monterrey.

El proceso de reciclaje de llantas de Trisol es 100% mecánico, es decir, sus emisiones de gases contaminantes son nulas. En el proceso, su huella de carbono se reduce al consumo eléctrico en oficinas y el transporte de los camiones que les llevan las llantas a la planta.

Los neumáticos llegan con previa cita a su planta en Tultitlán, se separan según sus medidas, se trituran y se pulverizan para transformarse en un granulado que va desde 2 pulgadas a 1, 3.5 y 8 mm, mismo que funciona para hacer diferentes productos dependiendo de las propiedades de la llanta: impermeabilizantes, bloques de construcción, pistas para correr, canchas de pasto sintético, carreteras, caminos de acceso para comunidades rurales, entre otros.

Actualmente Andrés trabaja para que el siguiente año su línea de productos se extienda a absorbentes industriales y pisos luminiscentes para carreteras.

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