TECNOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE

El cambio climático amenaza a numerosas ciudades costeras

 

El cambio climático pone en peligro la supervivencia de numerosas ciudades costeras de todo el mundo. En 2017 la NASA publicó un inquietante modelo según el cual casi 300 ciudades corrían el peligro de desaparecer durante este siglo a causa de la subida del nivel del mar, la erosión de las costas y el aumento de los fenómenos meteorológicos extremos. Aquí te dejamos seis ejemplos de importantes urbes en serio peligro.

Recientemente saltó la noticia en los medios británicos de que Fairbourne, un pequeño pueblecito en la costa de Gales, sería el primer damnificado en el país por la previsible crecida del mar debida al calentamiento global.

El gobierno ha decidido que no sale a cuenta el mantenimiento de las barreras de contención que protegen esta pequeña población de la subida del nivel del mar. En 2050 dejarán de funcionar y para entonces, sus cerca de mil habitantes actuales tendrán que haber abandonado su pueblo.

Este es solo un modesto ejemplo de la realidad a la que se enfrentan alrededor de 300 ciudades en todo del mundo, según las previsiones de la NASA, algunas de ellas con millones de habitantes y una historia única: desde la vibrante megalópolis de Tokio hasta islas de pocos miles de habitantes, pasando por lugares tan emblemáticos como Venecia, San Petersburgo o Nueva Orleans.

Sus principales enemigos son el aumento del nivel del mar, la erosión y los fenómenos climatológicos extremos como huracanes e inundaciones. Estas son solo 6 ciudades, de entre todas las que, cada una a su manera, buscan la manera de luchar contra su desaparición.

Ciudades como Venecia, en Italia

Seguramente una de las ciudades más icónicas en riesgo de desaparecer. Construida sobre un terreno pantanoso en medio de una laguna, Venecia fue un baluarte natural en los convulsos siglos que siguieron a la caída del Imperio Romano de Occidente. El mar se convirtió en el elemento natural de los venecianos, que crearon a través de él uno de los mayores imperios comerciales de la historia.

Sin embargo, ese mismo mar es ahora su enemigo y pone en peligro la supervivencia de la ciudad a causa del lento hundimiento de los cimientos, el incremento del nivel del mar, la erosión del terreno a causa de las olas -sobre todo desde la aparición de las embarcaciones a motor- y el fenómeno estacional de la marea alta -que el año pasado causó una de las peores inundaciones de su historia. El proyecto Mosé (Moisés), la construcción de un megadique que aísle las islas de la laguna, acumula ya más de una década de retraso.

Malé, Maldivas

Malé es la capital de Maldivas, el país a menor altitud del mundo y uno de los que corre mayor riesgo de desaparecer a causa de la subida del nivel del mar, al igual que otros países isleños como Kiribati. La ciudad está construida en una pequeña isla de apenas 2 kilómetros cuadrados, que en buena parte han sido ganados al mar a base de añadir tierra para expandir la costa.

Sin embargo, este tipo de terreno es muy sensible a las tormentas y a la erosión, por lo que la isla está rodeada de un dique de contención para evitar que las olas se lleven la tierra. El aumento de las tormentas y del nivel del mar puede hacer insuficiente esta medida de protección y obligar a los habitantes -unas 100.000 personas, aproximadamente un tercio de la población del país- a evacuar la ciudad antes del final de este siglo.

San Petersburgo, Rusia

La segunda ciudad más poblada de Rusia -con más de 5 millones de habitantes- se encuentra expuesta a las violentas tormentas del mar Báltico, que en el último siglo la han inundado ya tres veces, con una inundación catastrófica a intervalos de 100 años aproximadamente.

Por ello, en 1979 se empezó la construcción de un inmenso dique de 26 kilómetros que, tras quedar paralizado en 1991 a causa del colapso de la Unión Soviética, se completó finalmente en 2011. Pero esta medida podría no ser suficiente ya que la ciudad se encuentra en el delta del río Neva, un terreno frágil no solo frente a las tormentas sino también frente a las inundaciones fluviales.

Tokio, Japón

La capital de Japón se encuentra a orillas de la bahía homónima. Durante la mayor parte de su historia, fue una ciudad fluvial construida alrededor de cuatro grandes ríos y, de hecho, algunos barrios han sido edificados sobre terreno ganado al mar.

Por ello, el incremento del nivel del mar podría afectar gravemente a la capital nipona, a lo que hay que sumar el fenómeno estacional de las lluvias -entre junio y julio- y los tifones -en agosto y septiembre-, que causan precipitaciones torrenciales y fuertes vientos y a menudo provocan inundaciones. No es un fenómeno único de la capital: algunos estudios calculan que Japón puede perder casi todas sus playas en 2065.

Ciudades como Nueva Orleans, en EE.UU.

Los huracanes y tormentas tropicales son el mayor peligro para las ciudades del Caribe y de la costa atlántica de Estados Unidos, y cada año dejan imágenes de gran devastación. Las ciudades situadas a primera línea de playa son las más afectadas y pueden correr el riesgo de desaparecer totalmente si este tipo de fenómenos extremos va en aumento.

Nueva Orleans, por su situación en el delta del Mississippi, se enfrenta a un riesgo añadido: su caso tiene similitudes con Tokio y San Petersburgo, también situadas en deltas, pero los huracanes son mucho más agresivos que los tifones o las tormentas del Báltico, por lo que el riesgo para la meca del jazz es mucho mayor.

Ciudades como Jakarta, en Indonesia

La capital de Indonesia ostenta el triste récord mundial de ser la ciudad que más rápido se está hundiendo -a un ritmo de 25 cm por año en las zonas más afectadas- y, de hecho, podría desaparecer antes de 2050. La amenaza son de nuevo las inundaciones, pero el mayor problema es que estas son inevitables en Yakarta ya que la ciudad está atravesada por 13 ríos que se desbordan a causa de las lluvias estacionales.

Además, se alza sobre un terreno pantanoso e irregular en el que la ciudad se hunde poco a poco. Para intentar salvarla, se está construyendo a contrarreloj una obra de megaingeniería llamada Gran Garuda: esta prevé la creación de una laguna artificial rodeada de un espolón de 32 kilómetros, para desaguar el exceso de caudal de los ríos durante los episodios de inundación.

Fuente: Abel de Medici / National Geographic,

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