TECNOLOGIA Y MEDIO AMBIENTE

La Antártida fue una selva tropical

Hace 90 millones de años había vegetación tropical y pantanos en la costa occidental de la Antártida. Así lo demostraron unos restos de raíces, polen y esporas hallados en el fondo marino a unos 900 kilómetros del polo sur. Una gran concentración de dióxido de carbono permitió que este ambiente pudiera existir en esta zona que, posteriormente, pasó al clima tan frío con el que nosotros la conocemos.

Una era de calor en la Antártida

El Mesozoico, la era de los dinosaurios, se divide en tres períodos: Triásico, Jurásico y Cretácico. El Cretácico inició hace unos 145 millones de años y terminó hace 66, cuando tuvo lugar la extinción masiva que acabó con la mayoría de los dinosaurios. Hacia la mitad del Cretácico se dio una de las épocas más cálidas en nuestro planeta de los últimos 140 millones de años.

Se trata de un tiempo en el que los continentes aún se movían hacia la ubicación que reconocemos hoy en día en nuestros mapas. Una de las preguntas que la ciencia se ha hecho acerca de esta coyuntura es: ¿cómo eran los polos durante este período tan cálido? Un estudio de 2020 publicado en la revista “Nature” tiene la respuesta.

Se ha discutido si pudo existir el hielo polar con las altas temperaturas que sabemos que hubo durante el Cretácico medio. Johann P. Klages encabezó el estudio de una secuencia sedimentaria extraída de la plataforma antártica occidental, los restos del Cretácico recogidos más al sur hasta la fecha. Los resultados demuestran que en la zona se desarrolló un ambiente de selva tropical templada de tierras bajas durante la era Turoniense-Santoniense, es decir, hace entre 92 y 83 millones de años.

Nivel de conservación

Los restos hallados cerca de los glaciares Pine Island y Thwaites consisten en una red de 3 metros de largo de raíces fosilizadas con restos de polen, esporas y plantas con flores con un extraordinario nivel de conservación.

Ulrich Salzmann, paleoecólogo de la Universidad de Northumbria, se encargó de estudiar el polen y las esporas para reconstruir el clima y la flora que pudo existir en la zona: “Resultó particularmente fascinante ver el polen fósil y otros restos de plantas tan bien conservados en un sedimento depositado hace unos 90 millones de años cerca del Polo Sur. Los numerosos restos de plantas indican que la costa de la Antártida Occidental era, en aquél entonces, un denso bosque templado y pantanoso, similar a los bosques que se encuentran hoy en Nueva Zelanda”.

Temperaturas templadas y mucha lluvia en la Antártida

Los análisis marcan unas temperaturas medias anuales de unos 12 oa menos de 1000 kilómetros del polo sur. Un clima templado teniendo en cuenta la larga noche de esta zona de nuestro planeta, en la que no inciden la luz y el calor del sol durante cuatro meses seguidos. Durante los períodos estivales, se estima que la temperatura media estaría alrededor de los 19 oC, pudiendo alcanzar los 20 oC el agua de ríos y pantanos.

Resulta increíble pensar en otras de las ideas transmitidas por el estudio: hace 90 millones de años, en la Antártida Occidental existía una cantidad e intensidad de lluvias similar a la que tiene Gales hoy día. Por entonces, el nivel del mar de todo el planeta se situaba 170 metros más alto que el actual.

El dióxido de carbono calentaba el planeta

Esta situación fue posible debido a la altísima concentración de dióxido de carbono (CO2) que había en la atmósfera terrestre durante el Cretácico, lo cual repercutía drásticamente en la temperatura media global, haciendo de nuestro mundo un lugar bastante más caluroso que el actual:

«Antes de nuestro estudio, la suposición general era que la concentración global de dióxido de carbono en el Cretácico era de aproximadamente 1.000 partes por millón. Pero en nuestros experimentos basados en modelos, la concentración llegó a niveles de 1.120 a 1.680 partes por millón, necesaria para alcanzar las temperaturas promedio de ese momento en la Antártida».

Para que podamos entender la magnitud de estas cifras, basta saber que la concentración global de dióxido de carbono rondaba las 416 partes por millón en 2021. Desde que se empezó a medir, en 1959, el nivel atmosférico de dióxido de carbono ha aumentado constantemente.

El estudio mencionado, además de descubrir el paleoambiente de esta región del planeta, ayuda a conocer la relación entre la acumulación de CO2 y el clima, reformulando a su vez nuevas preguntas que la ciencia buscará responder: ¿cómo se alcanzaron estos niveles de CO2? ¿Cómo se enfrió el planeta tras uno de los períodos más cálidos de su historia? En estas respuestas y el conocimiento proporcionado por la investigación podría estar buena parte de las claves para combatir el cambio climático al que nos enfrentamos.

Fuente: Fran Navarro / Muy Interesante

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